Las primeras seis semanas de vida del bebé son el cimiento para poder tener un sólido peldaño en el establecimiento de la lactancia y así poder continuar construyendo una larga escalera.
¿Qué toca? Se recomienda libre demanda, es decir, que el bebé pueda alimentarse libremente del pecho de su mamá cada que sienta hambre, la ventaja en poder hacer esto es que el bebé regula su apetito, va a comer lo que necesita y al ser su alimento específico lo digiere fácilmente y no hay necesidad de imponer ningún tipo de límites de tiempo entre toma y toma.
También es muy importante para la mamá saber que el estómago del bebé recién nacido es promedio del tamaño de una canica, muy chiquito, lo que necesita es poca cantidad y mucha frecuencia, esto no tiene que ver con que no está produciendo la suficiente leche para su bebé, sino que es el patrón normal de conducta de un bebé recién nacido alimentado con leche materna.
Como digiere la leche casi inmediatamente y su tarea es crecer y triplicar su peso al nacer en su primer año de vida, va a estar pidiendo muchas veces al día, un promedio de 8 a 12 tomas en 24 horas. Con horarios que varían y no son rígidos ya que va a depender de qué cantidad tomó en su tetada y que tanto apetito tiene ese día, a los bebés les pasa como a los adultos, hay días que tenemos más hambre que otros, comemos y tomamos líquido en diferentes cantidades cada día, difícilmente medimos y pesamos nuestros alimentos, ¿no es así?
La producción de la leche va a estar relacionada con la estimulación que la mamá reciba en sus pechos con la succión efectiva de su bebé y eso es lo que va determinando a lo largo de las semanas cuál es la cantidad de leche que tiene que producir para éste bebé específico, único e irrepetible.
A MAYOR ESTIMULACIÓN MAYOR PRODUCCIÓN
Una información importante de compartir es saber que en las primeras seis semanas de vida, un bebé tiene un muy alto riesgo de confusión de succión y es el motivo por lo que se recomienda que si la mamá tiene interés en establecer la lactancia idealmente no debe usar biberones ya que se corre el riesgo de que el bebé se confunda por ser dos formas completamente diferentes de comer y aunque para el bebé implica mayor esfuerzo succionar el pecho, los músculos que ejercita le brindan muchos beneficios y recibe como premio su alimento específico.
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