El TDAH es la condición neuropsiquiátrica más común a nivel mundial que afecta el funcionamiento adecuado del niño en diferentes esferas y con frecuencia se mantiene hasta la edad adulta. Se manifiesta por grados variables de tres patrones de conducta:
Inatención.
Hiperactividad.
Impulsividad.
El TDAH se encuentra en todos los grupos socioeconómicos con una prevalencia mundial estimada entre el 3 y 5% de niños en edad escolar, teniendo una mayor incidencia en varones que en mujeres. En nuestro país aún no existen datos oficiales sobre la prevalencia, pero de acuerdo con información de la Secretaria de Salud los niños con TDAH ocupan los primeros lugares de atención en clínicas psiquiátricas, estimándose que en México se registran cerca de un millón y medio de niños y 3 millones de adultos con dicho trastorno.
Para que cumpla los requisitos, el comportamiento de TDAH debe estar presente al menos durante 6 meses y en dos ambientes diferentes, por ejemplo en el hogar y en la escuela, manifestado por problemas de bajo rendimiento académico y en las relaciones interpersonales con familiares y compañeros, notándose desde antes de los 7-12 años de edad.
Los síntomas de falta de atención y/o hiperactividad, son los siguientes:
Es incapaz de prestar atención cuidadosa a detalles o comete errores por descuido en la escuela, el trabajo o durante otras actividades. Por ejemplo, no puede mantenerse atento o enfocado en clases en el caso de los niños; en conferencias, conversaciones o lecturas extensas en caso de los adultos.
Tiene dificultad prestando atención por mucho tiempo en tareas o jugando, parece que su mente estuviera en otro lado, aún en ausencia de una distracción obvia.
No parece escuchar cuando se le habla directamente.
No sigue instrucciones y no termino su trabajo escolar, tareas o responsabilidades en el trabajo. Puede empezar los trabajos pero pronto pierde el enfoque y se distrae fácilmente.
Tiene dificultad organizándose en tareas y actividades, manejando trabajos que requieren una secuencia, mantener en orden materiales y pertenencias, sus trabajos son desorganizados, desordenados o incumple con fechas límites.
Evita, le desagrada o es renuente llevar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido, en tareas escolares o asignaciones en niños; para adultos o adolescentes mayores, preparar o completar informes o revisar reportes largos.
Pierde cosas necesarias para llevar a cabo tareas o actividades: materiales escolares, lápices, libros o en adultos, herramientas, carteras, llaves, lentes, celulares, etcétera.
Se distrae fácilmente con estímulos externos o cuando pasan otras cosas a su alrededor o tener pensamientos irrelevantes.
Es olvidadizo con sus actividades cotidianas. Por ejemplo haciendo sus tareas, mandados y en adultos es común ver que no devuelven llamadas u olvidan pagar sus cuentas o manteniendo sus citas.
Los síntomas de hiperactividad e impulsividad consisten en:
Está inquieto o da palmaditas o se retuerce en la silla.
Deja su asiento cuando se espera que se quede sentado en el mismo.
Corre o se trepa en cosas o en situaciones donde es inapropiado hacerlo.
No puede jugar o involucrarse en actividades de ocio o placer.
Está en continuo movimiento de un lado para otro como si tuviera un motor por dentro, no puede o se siente incómodo manteniéndose quieto por un período largo como en restaurantes, reunión, etcétera y puede ser percibido por las demás personas como inquieto o difícil de mantenerle el paso.
Habla excesivamente.
Interrumpe antes de que se le termine de hacer una pregunta, completa las oraciones de otras personas, no puede esperar su turno en una conversación.
Tiene dificultad esperando su turno en una fila por ejemplo.
Interrumpe o se entromete en lo que otras personas están haciendo, ya sea conversaciones, juegos o actividades, empieza a usar cosas de otras personas sin permiso.
Bibliografia:
Criterios diagnósticos para el DSM5. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatria, 2013.
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